En 1978 el neurocirujano francés Alim-Louis Benabid (Grenoble, 1942) descubrió casi por accidente un tratamiento para el párkinson: cuando operaba a un paciente con una coagulación en el cerebro el paciente no paraba de temblar, así que decidió aplicarle un estímulo a muy baja frecuencia y el paciente dejó de temblar.
Probó con otros pacientes y funcionó.
30 años más tarde, estas pruebas ahora conocidas como Estimulación Cerebral Profunda trata casos avanzados de párkinson, más de 150000 se han beneficiado del descubrimiento de Benabid.
El sistema de Benabid tiene una colocación similar a la de un marcapasos, un estímulo es administrado por una sonda eléctrica que está implantada de forma permanente en el cerebro.
Este descubrimiento no sólo ha facilitado el avance en la investigación del párkinson sino que también ha ayudado a muchas más enfermedades.
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