En un futuro todos los coches que se produzcan serán
autónomos, es decir no necesitaran piloto y por consiguiente tampoco volantes o
pedales.
Para ello estos nuevos vehículos tendrán instaladas ocho
cámaras que ofrecerán una visión de 360º y 250 metros de alcance, también
llevaran equipados 12 sensores que le permitirán detectar todo tipo de objetos
en cualquier dirección y un radar delantero que le ofrecerá información como si
llueve, si hay niebla o polvo. Todos estos datos serán gestionados por un
ordenador a bordo 40 veces más potente que el empleado en la actualidad.
Gracias a esto se podrán conseguir coches con más del doble
de seguridad que los actuales controlados por un humano.
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