
Las capacidades de la memoria pueden verse reducidas entre
un 41 y un 67% durante las 24 horas posteriores a haber jugado de cabeza, según
dicho estudio.
La investigación se basó en una serie de 24 remates de
cabeza efectuados por 24 futbolistas, sobre un balón propulsado por una máquina
a la velocidad de un saque de esquina en un partido de fútbol.
Después de esta
sesión de remates hubo una disminución de las funciones cerebrales y de la
capacidad de memoria de los sujetos.
Aunque dichas afecciones son temporales, pueden afectar al cerebro a largo plazo.
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