Un equipo de investigadores de la Universidad de Manchester (Inglaterra), ha conseguido crear unas membranas de óxido de grafeno que no aumentan de tamaño en contacto con el agua y que además son capaces de seleccionar las sales. Conseguir agua potable a partir de agua salada beneficiaría a mucha gente en todo el mundo.
Gracias a que los poros de la membrana de grafeno son lo suficientemente pequeños para filtrar las sales del agua y a que se han conseguido hacer las membranas para que no se hinchen cuando entran en contacto con el agua, el agua de esta manera sí es completamente segura para beber.
Este avance científico podría ayudar a países donde actualmente no tienen medios financieros para llevar a cabo una planta de desalinización. A partir de estos avances la ONU prevé que en 2025 solamente un 14% de la población sufrirá escasez de agua.
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