Un
estudio realizado por el Hospital Pediátrico de Boston y la Escuela Médica de Harvard,
empleando ratones sanos, sugiere que aumentar las horas de sueño alivia el
dolor crónico. También algunas sustancias neuroestimulantes que promueven la
vigilia, como la cafeína, obtienen buenos resultados disminuyendo del dolor.
Dormir
poco y reducir las horas de descanso, aumenta la sensibilidad a estímulos
dolorosos. Analgésicos tan comunes como el ibuprofeno, no bloquean la
hipersensibilidad al dolor que se produce por la falta de sueño, por lo que
tendrían una eficacia menor en esos casos.
El
dolor perturba el sueño, la privación de sueño fomenta el dolor, y ese dolor,
vuelve a interferir en un descanso reparador. Por eso, mejorar los hábitos del
sueño, tratar el insomnio por la noche y aumentar el nivel de alerta durante el
día, pueden ser piezas clave a la hora de romper ese círculo vicioso del dolor
crónico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario