Dos investigaciones detallan el
caso de varios fetos y bebés con este problema neurológico y en cuyos cerebros
se localizó el virus. Pero, los expertos tienen que realizar más estudios para establecer una causa
directa.
Una de las investigaciones, confirma la presencia del virus en el cerebro
de un feto de 32 semanas. (Su gestante, una cooperante europea que vivía en
Brasil desde 2013, se infectó con el virus del zika durante el primer trimestre
de embarazo, aunque las pruebas solo identificaron síntomas a partir de la
semana 29, cuando regresó a Europa. En la semana 32, cuando se le detectó la
anomalía fetal muy grave, se sometió a una interrupción voluntaria del
embarazo.)
Al realizar la necropsia al feto, descubrieron estructuras neuronales destruidas y confirmaron la presencia del
virus en el cerebro. (La hipótesis es que el virus, penetra en las neuronas, lo
que provoca los problemas de formación. También fue posible secuenciar el
genoma del virus del zika.)
También informa de otros casos: dos de ellos de bebés con
microcefalia que murieron a las horas de nacer y dos abortos involuntarios de
fetos de entre 11 y 13 semanas de gestación.
La relación directa entre "zika" y la microcefalia no puede confirmarse
todavía. Que haya una asociación entre el virus y la microcefalia no significa
que sea su única causa.
Para precisar el riesgo real se necesitan estudios epidemiológicos. (Hay dos
formas de realizar estas investigaciones: hacer un estudio de cohortes, que
supone estudiar a todo un grupo de embarazadas en una zona de zika y controlar y
seguir toda la gestación; o realizar un estudio de casos y controles, algo que
implica estudiar a embarazadas de zonas de zika que han dado a luz a niños con
microcefalia y otras que hayan tenido niños sanos y ver las posibles
diferencias entre ellas, yendo hacia atrás.)
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