Tres siglos ante las estrellas desde Quito
Un
telescopio refractor, construido por el alemán Sigmund Merz, en 1875, todavía
se usa en Quito.
En
septiembre del año pasado tuvo su última performance y permitió a miles de
quiteños observar la Luna roja. Esta mole de latón y el antiguo observatorio
astronómico de la ciudad un palacio de tres torres considerado patrimonial recuerdan
el resplandor de otra época, aquella en la que Ecuador atraía a científicos
europeos que querían hacer investigaciones y mediciones desde el centro de la
tierra.
El
telescopio Merz fue uno de los instrumentos de observación estelar más grandes
diseñados en el siglo XIX y solo se tiene conocimiento de otros 12 como este en
el mundo. Llegó a Quito desde Múnich por los buenos oficios del jesuita Juan
Bautista Menten, quien recibió el encargo de construir el observatorio por
parte del ex presidente Gabriel García Moreno.
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