lunes, 31 de octubre de 2016

El cerebro se acostumbra a mentir

Se ha descubierto el freno emocional que evita que mintamos, se va perdiendo conforme nos acostumbramos a engañar. Esto revelan los investigadores del University College London en el Reino Unido y de la Universidad de Duke en EE.UU., publicado en la revista Nature Neuroscience.
Se refieren a la amígdala, el centro cerebral de las emociones tanto positivas como negativas.  Se encuentra en las profundidades de ambos hemisferios cerebrales, es un pequeño núcleo que nos hace sentir rechazo cuando mentimos para obtener un beneficio, pero esta respuesta se va atenuando y cada vez nos sería más fácil hacerlo.
Los científicos elaboraron un experimento en el que voluntarios debían estimar la cantidad de dinero de un tarro junto a un compañero en distintas condiciones, la recompensa económica variaba. En una, mentir sobre la cantidad beneficiaba  a ellos y perjudicaba a los compañeros, en otra se invertía, y en la tercera el engaño favorecía a ambos. La conclusión: el calibre de los engaños aumenta si nos benefician y la región de la amígdala se activaba de manera intensa cuando los participantes mentían.

A raíz de este estudio los investigadores advierten del peligro de caer en las pequeñas mentiras, ya que pueden desencadenar graves engaños; y por otro lado esta investigación abre la puerta a nuevas formas de mantener a raya la deshonestidad, como en la rehabilitación de delincuentes.
http://www.lavanguardia.com/ciencia/cuerpo-humano/20161024/411275796446/mentira-respuesta-emocional-si-mientes.html

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