Se ha descubierto el freno emocional que evita que mintamos,
se va perdiendo conforme nos acostumbramos a engañar. Esto revelan los
investigadores del University College London en el Reino Unido y de la
Universidad de Duke en EE.UU., publicado en la revista Nature Neuroscience.
Se refieren a la amígdala, el centro cerebral de las
emociones tanto positivas como negativas.
Se encuentra en las profundidades de ambos hemisferios cerebrales, es un
pequeño núcleo que nos hace sentir rechazo cuando mentimos para obtener un
beneficio, pero esta respuesta se va atenuando y cada vez nos sería más fácil
hacerlo.
Los científicos elaboraron un experimento en el que voluntarios
debían estimar la cantidad de dinero de un tarro junto a un compañero en
distintas condiciones, la recompensa económica variaba. En una, mentir sobre la
cantidad beneficiaba a ellos y
perjudicaba a los compañeros, en otra se invertía, y en la tercera el engaño
favorecía a ambos. La conclusión: el calibre de los engaños aumenta si nos
benefician y la región de la amígdala se activaba de manera intensa cuando los
participantes mentían.
A raíz de este estudio los investigadores advierten del
peligro de caer en las pequeñas mentiras, ya que pueden desencadenar graves
engaños; y por otro lado esta investigación abre la puerta a nuevas formas de
mantener a raya la deshonestidad, como en la rehabilitación de delincuentes.
http://www.lavanguardia.com/ciencia/cuerpo-humano/20161024/411275796446/mentira-respuesta-emocional-si-mientes.html
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