Terapia génica para la piel de mariposa y mujeres
invisibles en arqueología

Una mutación en un solo gen impide a éste
producir una proteína y el resultado es una enfermedad terrible, en la que el
más mínimo roce provoca la pérdida de grandes extensiones piel, úlceras,
infecciones y riesgo de muerte. Esta enfermedad, conocida como piel de mariposa,
implica vivir con dolor desde el mismo momento del nacimiento. Y todo porque
una proteína no puede unir las dos capas más externas de la piel, la dermis y
la epidermis. La ingeniería genética ya ha podido revertir uno de estos casos,
el de un niño alemán al que han implantado piel transgénica, su propia piel, en
realidad, cultivada en laboratorio después de que sus células fueran extraídas
y la mutación genética corregida. Un avance para la medicina del que nos habla
hoy el experto en genética Javier Novo, junto a otra noticia del mismo
ámbito: una terapia génica que se está aplicando a un adulto que sufre una
enfermedad metabólica llamada síndrome de Hunter. También él necesita una
corrección en uno de sus genes. Lo que hace especial este tratamiento es que se
realiza inyectando al paciente, mediante transfusión intravenosa, millones de
copias del gen correcto y las herramientas para cortar y pegar los genes
correctos en el ADN de sus células.
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