Cuando
miramos algo, unas señales van a la corteza visual en la parte posterior del
cerebro. Pero esto no queda ahí. Esta información obtenida a través de los ojos
va a 10 zonas diferentes del cerebro.
Si un
accidente daña la corteza visual de una persona, su vista queda afectada
haciendo que desaparezca parcial o totalmente. Al tener dañada completamente la
corteza visual, pero manteniendo los ojos, las personas pueden responder a estímulos
captados por estos, que son procesados por las zonas visuales no corticales, que
siguen en funcionamiento.
Actualmente
existen estudios en los que pacientes con ceguera cortical han conseguido
responder a estímulos como por ejemplo: sentir que alguien te observa.
Nuestro
cerebro es sensible a factores externos que no podemos apreciar de manera consciente.
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