sábado, 20 de mayo de 2017

¿Bacterias comebarcos?

Todo el mundo conoce la historia del Titanic, aquel gran barco de lujo diseñado para el entretenimiento, que se hundió a causa de un iceberg en la madrugada del día 15 de abril de 1912 acabando con la vida de 1.514 personas de las 2.223 que transportaba.

Sus restos se encuentran sumergidos a unos 3.800 metros de profundidad desde entonces, pero al parecer no por mucho mas tiempo, ya que un grupo integrado por investigadores españoles y canadienses han descubierto la presencia de una nueva bacteria extremófila (que vive en ausencia de luz y en zonas de elevada salinidad) en la superfície del barco, capaz de acabar con los restos metálicos de este histórico navío.

Los investigadores han denominado a esta bacteria "Halomonas titanicae" en honor al transatlántico y han llegado a la conclusión de que estos organismos se alimentan de la oxidación de materiales, pronosticándoles a los restos del navío no más de 20 años de existencia. Afortunadamente, estas bacterias también pueden ser utilizadas para el reciclaje de estructuras en desuso como viejos barcos o estaciones petrolíferas abandonadas, contribuyendo en cierta medida, a reducir la contaminación.







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