Hace poco tiempo murió un científico llamado Marvin Minsky. Este sabía que la inteligencia es algo que se desarrolla dentro de un cerebro basado en las conexiones neuronales y no es algo infundido por un agente externo, el número de neuronas está fijado desde el nacimiento y va disminuyendo, las neuronas representan la memoria y con ella el conocimiento.
Minsky tenía en mente recrear esto con circuitos electrónicos (inteligencia artificial), el problema es el software que hace funcionar los chips, hoy en día los robots inteligentes superan a los humano en tareas repetitivas y deterministas pero les cuesta simular muchos rasgos de la inteligencia humana, ya que parte se basa en los saltos mentales no deterministas. El lenguaje es una estructura con dos contenidos aleatorios y el de cada persona es diferente, debido a que depende de su contexto personal. Los humanos somos capaces de llegar a conclusiones correctas partiendo de premisas muy borrosas. Además, la inteligencia humana duplica la misma aleatoriedad que logra, en la evolución, la creación de nuevas especies, pero para ello se necesita miles de millones de mutaciones y de años para la selección natural.
En los humanos esto se produce en las variaciones constantes del pensamiento. Las investigaciones de la inteligencia artificial se basan en esquemas generales y deterministas, ya que no se quieren crear máquinas locas, aunque es la locura lo que caracteriza a la inteligencia humana.
Los avances de la ciencia se deben siempre a recombinaciones de memorias y de circuitos neuronales. En el software de la inteligencia artificial falta a posibilidad de rehacer constantemente las reglas de funcionamiento, la capacidad de recombinar los circuitos para obtener lo nuevo a partir de lo ya conocido y memorizado.
La inteligencia artificial es posible aunque se tendrían los mismos problemas que tenemos con los humanos, la libertad de acción que lleva a las obras geniales y a los crímenes más infames.
Minsky y sus alumnos concluyeron que la inteligencia humana solo es posible en unas mentes que tienen la libertad de generar constantemente conexiones neuronales nuevas.
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