El oso
panda, originario de China y uno de los animales más queridos en todo el mundo,
se acerca cada vez más a su extinción. Esto se
debe a que su reproducción es muy complicada, por lo que en los centros de
conservación frecuentemente recurren a la inseminación artificial.
Las
hembras sólo ovulan una vez al año, y el periodo para poder ser fecundadas por
un macho está comprendido entre las 36 y
las 40 horas. Además, debido a que son animales muy solitarios suelen estar
separados, para que no exista riesgo de ataque entre ellos mismos. Lo que hace
que el apareamiento sea aún más difícil.
Tampoco
es fácil saber si la fecundación ha tenido éxito o no, debido a que los niveles de
progesterona son los mismos, independientemente de si está o no preñada y no
existe un cambio en el comportamiento.
El
embarazo puede variar entre los tres y los seis meses, ya que dan a luz cuando
las condiciones ambientales son las idóneas para la supervivencia de sus
oseznos.
Durante
los últimos años sólo una veintena de estas fecundaciones han tenido éxito en China.
Fuente: El Confidencial
Wendolin Durán Suriel.
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