Una investigación presentada en la reunión anual de la
Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA) explica que tomar clases musicales
aumenta las conexiones neurológicas en el cerebro de los niños e incluso puede
ser útil en el tratamiento de trastornos como la hiperactividad, el déficit de
atención o el autismo.
Se tomaron a 23 niños de entre 5 y 6 años que no habían sido
entrenados anteriormente en disciplinas artísticas. Todos eran diestros y no
tenían antecedentes de trastornos sensoriales, neurológicos o de percepción.
Los menores fueron sometidos antes y después del entrenamiento musical una
técnica de resonancia magnética avanzada, llamada tensor de difusión. Con esta
resonancia se identifican los cambios microestructurales de la materia blanca
del cerebro midiendo la cantidad de axones de este.
Después de nueve meses sometidos a la práctica musical
utilizando la percusión, la resonancia mostraba un aumento en la longitud de
las fibras de los axones y de la anisotropía fraccional.
«Cuando un niño recibe instrucción musical, se pide a su
cerebro que complete ciertas tareas», dice la investigadora. «Estas tareas
involucran habilidades sociales, de la emoción, la cognición, motoras y
auditivas, que parecen activar estas diferentes áreas en el cerebro. Estos
resultados pueden haber ocurrido debido a la necesidad de crear más conexiones
entre los dos hemisferios del cerebro».
Los investigadores creen que mediante esta técnica se podrá
ayudar a la creación futura de estrategias específicas para el tratamiento de
trastornos como el autismo o el déficit de atención.
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