Un equipo de ingenieros ha desarrollado una tinta
magnética que puede utilizarse en la fabricación de baterías, sensores
electroquímicos y circuitos de dispositivos electrónicos dotándoles de la
capacidad de autorrepararse. Esta tinta se podría comparar con la sangre que se
coagula cerrando una herida.
El ingrediente clave para la tinta consiste en
micropartículas orientadas en una configuración concreta mediante un campo
magnético. Debido a la forma en que están orientadas, las partículas en las dos
orillas de una hendidura se atraen entre sí, haciendo que el objeto se repare. Esta capacidad permite la reparación de
hendiduras de hasta 3 milímetros de ancho y necesitan desde unos pocos minutos a varios días para
actuar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario