Si no recibe atención temprana, una niña con parálisis cerebral verá reducidas sus opciones de controlar la postura y recuperar movilidad; y a un niño con autismo le costará más trabajo desarrollar el lenguaje y las habilidades sociales. La atención temprana se trata de un conjunto de medidas preventivas dirigidas a detectar y atender cuanto antes los retrasos y alteraciones del proceso normal de crecimiento y maduración del sistema nervioso. Cada niño va adquiriendo las capacidades esenciales para desenvolverse en su entorno: caminar, hablar, relacionarse con los demás... A este proceso se le llama neurodesarrollo. El neurodesarrollo sucede por la interacción entre la información genética –que define el programa evolutivo del individuo– y las posibilidades que le ofrece el ambiente para desplegarlas. Durante la infancia, a medida que van surgiendo las capacidades individuales definidas por la herencia genética, es la herencia cultural de cada persona la que modulará y moldeará su expresión.
https://www.agenciasinc.es/Entrevistas/Retrasar-la-atencion-temprana-pone-en-riesgo-la-autonomia-del-nino
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