consiste en el envío de miles de semillas para que los astronautas estudien su posible cultivo en condiciones de gravedad cero desde la EEI. Javier Medina, responsable del proyecto y científico del Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC, ha concretado que han apostado por enviar un solo tipo de semilla, de la familia de la mostaza y no comestible. Ha explicado que esta semilla es capaz de ofrecer una información científica relevante en un corto período de tiempo en relación a cómo desarrollar cultivos en el futuro en áreas espaciales.
La supervivencia continuada del hombre en el espacio depende, entre otras cosas, de que su alimentación pueda estar garantizada con producciones allí.
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